lunes, 31 de diciembre de 2007

Reverend and The Makers - The State Of Things

Tiene 25 años, se llama Jon McClure pero se hace llamar The Reverend, ha militado en varias bandas (junto a miembros de los actuales Arctic Monkeys, por citar algunos), pero nunca ha salido a la palestra porque se considera independiente. Va a su olla y por eso ha rechazado contratos de las grandes para firmar por Wall of Sound, un sello que le dejaba decir y hacer a voluntad. Nació en Sheffield, ciudad industrial inglesa, y ha parido uno de los mejores discos electro e indie del 2007, a mi parecer: "The State Of Things".

Habla del día a día. En sus letras afirma que te explicará como estan las cosas, cual es el auténtico estado de las cosas, aquél que no te explican en la escuela. Te explicará de qué va la vida desde el punto de vista de un joven occidental que ronda el cuarto de siglo, nacido en una mediana ciudad inglesa de tradición industrial (y también de amplia tradición musical). No se callará, porque tiene cosas que decir. Y las quiere decir, pero quiere que mientras las escuchas, bailes sin parar y que lo pases bien.

Encuentro que es un acto de sinceridad extremo, porque realmente, ¿quien dice algo hoy en dia? Las palabras suenan grandes ("el mundo esta así, el mundo esta asá, la sociedad, etc"). Ante esta visión, él simplemente explica lo que le parece mal en función de su percepción de la vida, la percepción que un joven inglés del primer mundo puede tener. Dice palabras grandes, pero no suena pedante, aunque sí adolescente a veces. Pero esa es la realidad de la mayoria de la juventud veinteañera (y treintañera) del siglo XXI: la adolescencia se prolonga.

Por eso nos habla con ironía de los detectives de butacón ("Armchair detective"), gente que necesita opinar (sea lo que sea, indistintamente de lo distante que esté de la realidad), porque si no opinas hoy en día, alguien lo hará y te dejará por debajo de él. Nos habla del campeón del mundo de pesos pesados ("Heavyweight champion of the world"), esa persona que vé pasar el tiempo en su sofá y que deja correr todos sus sueños, alienado. Habla de esas aventuras emocionales raras de la gente de hoy en día, que el cotilleo de barrio ayuda más a hacer correr la voz que no Internet ("What the milkman say"). Habla también de que no puedes apresar a tu pareja si realmente vivís en planetas diferentes ("Open your window"). De que quiero irme de vacaciones y rebentarlo todo ("18-30"), de que a veces los ex tienen sexo pese a que no se recomiende, según dicen ("Sex with the ex"), y de que no todos los tíos somos iguales, algunos nos lo curramos ("Miss Brown").

¿Curiosos temas, no? Pero no son otra cosa que los temas que puedes oír debatir horas y horas ante cervezas y bajo músicas estridentes en cualquier antro decadente en una noche cualquiera en una ciudad, a día de hoy. Nada más cerca de la realidad de la mayoría de la juventud. Existen otras realidades, pero no neguemos: el ambiente donde esta música se escucha está plagado de historias postadolescentes como las que en este disco se explican. Y se explican con la música que la gente que las sufre quiere oír.

Por eso considero que es un disco redondo. Por su acercamiento a una de las realidades existentes, y por su concreción musical. Totalmente recomendable. Ya os lo podéis bajar de Internet.

martes, 4 de diciembre de 2007

Puzzle sonoro

Creo que no hay mejor definición para el acto de mezclar una canción que decir que es como completar un puzzle sonoro. Todas las piezas estan ahí, sobre la mesa (de mezclas), más o menos enganchadas, más o menos desordenadas; cuantas piezas tengas depende de qué has grabado y cómo (una banda en directo, una producción con músicos independientes que han aportado cada uno su interpretación, etc).

Mezclar y producir una canción es hacer que ese puzzle quede, en primer lugar, completado (mezclar) y, en segundo lugar, que puedas colgarlo en la pared con un buen cristal protector (producir), para que sea digno de ver (si es que un puzzle colgado es digno de ver alguna vez...)

Se tiene que tener habilidad y buen oído pero, ante todo, se tiene que tener mucha experiencia y mucha dedicación. Hacer que encajen las piezas sonoras es una faena rutinaria hasta el punto en el que la rutina permite (cortar graves en los platos de bateria, comprimir el bajo, poner un poco de reverb, etc), pero llega un punto en que los procedimientos se agotan y, si aún no suena, es cuando empieza la odisea por encontrar ese delicado equilibrio que hace que aquello ande, que tenga ritmo, que tenga harmonia, presencia, que esté completo.

Todo el mundo puede llegar a mezclar con decencia, pero en el delicado arte de la producción destacan sólo unos pocos que son capaces de hacer que cualquier canción llegue a niveles insospechados y que respiren de alguna manera. Por eso numerosos artistas escogen a su productor musical: porque sólo ellos son capaces de hacer llegar esas canciones hasta donde quieren llevarlas. Porque la mayoria de músicos suelen ser buenos músicos, pero malos productores de su propia música (¡no así la de los demás!).

Es una gran sensación cuando alguien coge tu puzzle sonoro, ese puzzle que ya no sabías como resolver, que te llevaba de cabeza, y con unos simples movimientos de faders consigue lo que tu no has conseguido en días. Es en ese momento cuando te das cuenta de que no todo está escrito y que no todas tus canciones divagan sin definirse. Porque para tí, aquello que suena tras esos retoques claves es la mejor canción del planeta, y todo gracias a esa visión externa, esa experiencia y ese saber hacer de la persona que ocupa esa posición final en el proceso de grabación de cualquier canción.

¡La cosa marcha bien!

martes, 13 de noviembre de 2007

Tocar, sentir, tocar

Eso es lo que hace falta. Tocar, tocar y tocar. Para sacar algo bueno, pero sobretodo para que se note la emoción, el sentimiento. Hace falta más sinceridad en las grabaciones. Porque puedes programar música, puedes poner notas MIDI en un pentagrama y hacer que suenen a través de mil plugins de sonido, puedes hacer una canción en una hora y forrarte, hacer un disco de OT o sacar un bochornoso lamento boliviano cualquiera. Pero morirá pronto, muy pronto. Tan pronto como pase la novedad. En cambio el sentimiento perdura, porque es de las pocas cosas que a través de los siglos el ser humano conserva prácticamente inalterable. No como los sonidos y las cadencias, que cambian con las modas y las tendencias, a través de los lustros. Un sentimiento es igual ahora que hace 3000 años, no así los sonidos.

La clave de la no caducidad de una buena obra de arte es, pues, el sentimiento que hay en ella. Es difícil, pero debe buscarse esa durabilidad cuando uno hace música, pintura, literatura, cine... Y debe ser así, porque sinó no estariamos hablando de arte. Estariamos hablando de... no sé, ¿que coño hacemos? Ahí esta el problema de mucha gente. ¿Para qué haceis música?

domingo, 28 de octubre de 2007

El destino de las canciones

Estamos actualmente en plena grabación de disco debut con mi banda. En él se mezclan canciones de nueva hornada con canciones que tienen algunas hasta seis años de antiguedad. Todo sea dicho: estas canciones tan antiguas han sido grabadas, regrabadas, remezcladas, remixeadas, y re-todo. Las de nueva hornada son más frescas, mas directas. Partiendo del principio de que publicamos el disco de debut en breve y teniendo canciones ya grabadas (algunas con una calidad excelente) y material nuevo, hemos tenido que tomar la decisión de qué hacer: ¿volverlo a grabar todo para unificar el sonido? ¿O grabar las canciones nuevas y dejar las existentes como estan?

Parece una decisión fácil a simple vista: bueno, si suenan bien las que ya se tienen, pues se graban las nuevas y listos. Más económico, más rápido y así tenemos el disco publicado antes, con lo que podemos empezar a hacer promo y conciertos más pronto. Pero es una decisión equivocada en nuestro caso, en una banda como la nuestra, en esencia un dúo de música electrónica (a lo largo del tiempo) pero que ha contado con miembros duraderos y que han aportado su particular sonido, plasmado en las canciones, en su momento. Son miembros que ya no están, y que hicieron que la canción respirara de esa manera, pero ahora esa canción no puede tener más ese sentimiento.

Así que a día de hoy, y de nuevo reducidos a dúo, hemos tenido que tomar la decisión más laboriosa pero coherente: volver a grabarlo todo, volver a poner las canciones al día, hacer que se aprovechen del rodaje que tienen y de nuestro estado musical actual (la experiencia que hayamos acumulado, los nuevos instrumentos, las nuevas técnicas aprendidas, incluso sacar todo el partido a los nuevos software de producción e interpretación musical).

Es por ello que también optamos por la inclusión de manera definitiva de un baterista real para las grabaciones del disco y los conciertos que vendrán. Porque en esencia siempre hemos tenido un sonido electrónico, por dos razones elementales: porque nos gusta, y porque no hemos tenido nunca batería en el grupo. Por fin hemos puesto remedio a esto y la mezcla de electrónica con acústico está haciendo grandes las canciones. También hemos optado por aparcar los sonidos de piano de los teclados y los sintetizadores virtuales y dejarnos un poco el presupuesto en un buen piano de cola de estudio y un nuevo sintetizador Nord Lead 2X que cubre, con creces, todas nuestras expectativas sónicas.

El resultado de todo esto es que está naciendo un disco que nos está encantando. Es orgánico, es vital, es humano, pero a la vez es electrónico, es oscuro, es preciso y matemático, sobreproducido. Es tarea de chinos (además de innecesaria) sacar un groove bueno de bateria programada cuando puedes grabar a un baterista real y añadir capas de sonido encima, para conseguir el ritmo adecuado. Es innecesario programar un piano Midi, hacerlo preciso, exacto, cuando lo que de realmente se trata es de vivir el piano; tocarlo, hacer que suene, captar la madera, y hacerlo ligeramente impreciso y, con ello, más emotivo, menos maquinal.

¿A dónde quiero llegar con todo esto? Escuchando las demos de las canciones a medio hacer, me doy cuenta de que tenemos canciones de antaño vueltas a grabar con muchísima más vida, muchísmo mejores a día de hoy incluso con menos calidad de sonido. En resumen, el destino de las canciones está marcado por el momento en que se plasman en un formato audible. Quiero decir con esto que una buena canción puede desgraciarse (como nos ha sucedido) si la grabas usando la instrumentación equivocada, el tiempo equivocado, la producción errada o el feeling inadecuado. O si el dia en el que la grabas estás de resaca. Del mismo modo, estos mismos factores que pueden arruinar una cación pueden hacer de otra la octava maravilla del mundo. Cada canción pide que sea grabada de una manera concreta, y no encontrarla es echarla a perder.

No somos los únicos que nos damos cuenta de esto. Hablando con músicos amateurs, conocidos y amigos nuestros, comentan también lo mismo. Y si lees entrevistas a bandas ya consagradas, verás que algunas detestan el sonido de alguno de sus discos y en directo interpretan esas canciones como es debido, no como las grabaron en su momento. Depeche Mode, por ejemplo, no está nada orgulloso del sonido de sus primeros discos, y en los directos actuales tocan aquellas canciones desde la perspectiva actual sobre ellas, mejorándolas con creces. Los escoceses Simple Minds tampoco se sienten orgullosos de la manera como las canciones del disco New Gold Dream fueron plasmadas, ya que (según ellos) no reflejan la vitalidad y emotividad que en directo tenían. ¡Y es cierto, porque la produción las ablanda tanto que puede que no las reconozcas en directo!

¿Alguien se imagina Sweet Child O'Mine grabada en formato balada, con tempo lento? ¿O Angie grabada en swing? Realmente no habrían llegado donde estan. ¡Así que, si eres músico, piensa bien cómo vas a grabar esa canción que tienes en la cabeza y en la que depositas tanta fe! Porque si te equivocas, puede que ni tu mismo seas capas de escucharla después...

sábado, 8 de septiembre de 2007

WTF Jam Sessions en Jamboree

Hace poco asistí por primera vez (ya me vale, por cierto) a la jam session de los lunes del Jamboree de Barcelona, la WTF Jam Session, una jam session que reúne a algunos de los mejores instrumentistas no ya de Barcelona, sino nacionales. Gente como Reynald Colom o Llibert Fortuny se reúnen para amenizar una jam session que se puede bailar. Esto es algo que no imaginaba que pudiera ser posible, porque las veces que he acudido a una jam session siempre ha sido en la línea de "ver como sale tal a tocar un patrón estandar de música moderna, aplaudirle y ver al siguiente". Pero lo que ví ese lunes en el Jamboree, y me dijeron que siempre es así, va por otra línea, es otro mundo.

Le llaman coloquialmente y entre bastidores la jam punki, y es fácil deducir por qué. Porque sí, son todos increíbles músicos con grandísimos conocimientos de escalas, progresiones, modos, etc. y con una capacidad abrumadora de improvisar y no perderse, fruto de sus tablas en directo. Pero la gracia de la jam está en que van más allá de los estándares. Hablando en plata: que se les va la olla. Pero lo bueno del caso es que, allá donde la olla vá, sale algo maravilloso y vivo, que te deja paralizado o de lo freak que resulta, o de lo cojonudo que es.

La jam dura alrededor de tres horas, bien entrada la noche, y el ambiente es fenomenal. Está lleno hasta los topes y la gente no para de bailar y animar. La realimentación público-musicos es tan grande que parece un concierto de alguien consagrado. Y es que en parte son gente consagrada dentro del mundo de las jams, ya que sus nombres son conocidos y respetados por todos, aunque la jam está abierta a todos y puede subir cualquiera que tenga ganas de pasarlo bien. Se la juegan porque dejan subir a quien lo pide, sin referencias previas, a ver que pasa. Es ese espíritu arriesgado que hace de esta jam algo que no os podéis perder.
Id a verla un día si tenéis ocasión. No os defraudará.

sábado, 25 de agosto de 2007

Pukkelpop 2007

Hola de nuevo, os escribo de vuelta de las vacaciones. He aprovechado la ruta por la zona noroeste de Europa para visitar el 3r y último día de uno de los festivales más importantes de música de Europa: Pukkelpop, en Hasselt, Bélgica. Seis escenarios y varias salas de DJ, demasiado para abarcarlo todo, así que explicaré mi experencia.

Durante la mañana estuvimos visitando varios escenarios de pasada, viendo breves instantes de actuaciones de varios grupos. Vimos mucho británico guitarrero pop, que es lo que está de moda. Quisimos ver Lacuna Coil pero por un retraso en la autopista no llegaron a tiempo y tuvieron que ser sustituidos por Enter Shikari. Cuando nos dimos cuenta del cambio, estaban a punto de salir y estábamos rodeados de un mar de adolescentes. Ya que estabamos atrapados, nos quedamos un rato y nos lo pasamos bien viendo el descaro y la actitud inocente de un grupo que no creo que sume más de 20 años de media de edad. Divertido, si más no. Practican la actual mezcla de guitarreo duro con sintetitzadores ácidos, a veces rock, a veces techno. Y mucho descaro y desparpajo.

Sparta tocaron en el Main Stage su rock heredero de U2. No estuvo mal, pero había demasiados guiños a la banda de Dublín. Silverchair ofrecieron un concierto bueno pero no espectacular. Su cantante omitió varias partes cantadas de las canciones y se recreó bastante en hacer paranoias con la guitarra (acoples, sonidos, solos con los dientes, etc), pero el público fiel se lo supo perdonar. A mi, personalmente, me cansó un poco.

Mi primera sorpresa fué con Ozark Henry, seudónomio de un conicido artista belga. Practica un pop rock muy en la onda de U2 o Coldplay (a veces excesivamente igual), pero se lo supe perdonar. Aunque fué uno de los que menos entregado ví al público (poca comunicación y una actitud relativamente distante), puedo asegurar que (a nivel musical) fué uno de los grupos más completos que ví ese día. Escuchad algo en su MySpace si tenéis ocasión (http://www.ozarkhenry.com/).

Tras Ozark Henry corrí a ver a The Sounds, el grupo sueco revelación del 2006. Fué como trasladarse a los años 80 y ver tocar a Blondie: algo impresionante. Nada que no esté ya hecho, y nada con muchas pretensiones, pero sí que puedo decir que fué uno de los conciertos más divertidos y entregados que he vivido. La actitud del grupo (pese a los visibles problemas técnicos) fué excelente, y tuvieron interesantes detalles como romper con el set para tocar Claro de Luna a piano y luego a piano y guitarra, algo que creía que hoy en día los grupos no tendrían narices de hacer. Pues ahí estaban. El bis del concierto, un tema techno pop guitarrero, fué el cierre perfecto para esta banda de jóvenes que rescatan la new wave tan de moda ahora.

Pero lo mejor, sin lugar a dudas, fué Nine Inch Nails. Debo decir que soy bastante desconocedor del trabajo de la banda de Trent Reznor (por no gustarme en exceso su sonido industrial), pero lo que vi en directo me dejó petrificado. Estuve todo el concierto inmóvil, alucinando, analizando cada uno de los cambios de luces, de los planos del VJ, de los cambios harmónicos y de tempo, cada uno de los leds luminosos que creaban impresionantes efectos que yo nunca antes había visto (como cuando pusieron la pantalla de leds delante de los músicos mostrando imagenes de ruido -como cuando la televisión no sintoniza nada- y a través de ese ruido se veía a la banda tocar por detras... increíble). El show ofrecido por NIN es de lo mejor que he visto en directo, junto al Night Of The Proms (en otro orden de cosas, claro) y el show de Roger Waters. No hubieron fallos, la interpretación fué exacta y precisa, el espectáculo fué milimétrico, hubo hasta 3 cambios de formato en el escenario (banda - DJ - banda - DJ) que se sucedieron como si nada... Realmente puedo afirmar que NIN es de lo más recomendable a día de hoy para ver en directo. Aunque no te gusten (como era mi caso), el dinero de la entrada estará muy bien gastado.

Tras ellos tocaron Tool, pero por muy mal que me sepa por ellos, preferimos cambiar sus guitarreos distorsionados por las carpas de DJ. Creo que Tool no merecían cerrar la noche tanto como lo merecían Nine Inch Nails.

¡Saludos y hasta otra!

jueves, 16 de agosto de 2007

El conflicto de prioridades

Desde pequeño me ha gustado la música y desde pequeño he tenido la suerte de escuchar mucha y muy variada música en casa, sobretodo británica. En un momento dado, aún muy pequeño, inicié las clases de piano y estuve seis años con ellas y los estudios de solfeo y harmonía. El gusanillo me atacaba, y mi primer grupo lo tuve con la inocentísima edad de... ¿!13 años!?... fueron dos ensayos y mucho soñar despierto. Aún recuerdo la cara del recepcionista de La Nau, donde alquilábamos el local, cuando le pregunté qué cable necesitabamos para conectar el teclado...

Tras esto vino otro grupo, con mi hermana y unos amigos, y luego pasé por varias formaciones hasta entrar en el grupo que sentaría las bases del proyecto en el que estoy involucrado actualmente. Entre tanto, he estado como teclista de apoyo en algunas bandas, teniendo la posiblidad de grabar para otros, tocar en el extranjero y meterme muy ligeramente en el negocio de la música. Almenos a día de hoy tengo una idea bastante clara de cómo se procede para hacer algo y llegar a algún sitio (sea el que sea), pero a los dieciocho años me parecía totalmente incomprensible y no entendía cómo se podía uno ganar la vida con la música. Almenos en el mundo de la música de grupos, la escena (omito música clásica, ópera y otras formas de las que no hablo por total desconocimiento).


Existen varias maneras, como por ejemplo formando parte de una orquestra, grupo de versiones o de la BBC (bodas, bautizos y comuniones). O por ejemplo de músico de sesión. Lo que se suele llamar mercenarios: ofreciendo tus servicios como músico a terceros para grabaciones, actuaciones, arreglos, producciones, etc. a cambio de dinero. Para llegar a alguna parte optando por esta vía uno debe especializarse mucho en su instrumento, aprender muchos estilos, tocar muchísimo (cada día unas cuantas horas), actuar más, acudir a todas las jam sesions posibles (tanto para tocar como para cuajar posibles relaciones que lleguen a algun sitio), y anteponer esto a cualquier cosa.


Y luego esta con lo que todos sueñan despiertos: triunfar en la música. Suena grande, goloso, imposible. Y todos los grupos no entienden por qué ellos no estan allí si los Tal Cuales estan en los 40 y son la mitad de buenos que ellos. Pues la respuesta parece que empiezo a entenderla, tras años mirando y analizando. Hay dos factores.


El primero es que existe una primera criba que se basa en la calidad obtenida en función de la entrega y la actidud (que deben ser muy elevadas). Cuando oyes un grupo en directo, toque lo que toque, sabes si sirven o no. Cuando hablo de calidad hablo de saber hacer: es decir, de tocar todos a una, de tener presencia escénica, de tener una coherencia en la música y tener bastante definida la línea del grupo, independientemente del estilo, calidad de las canciones en sí, etc. Si el grupo sale al escenario y notas que lo hacen bien, que lo viven y que generan reaccion en el público, entonces sabes que ese grupo puede llegar a hacer algo, sea lo que sea. Y esto que digo no entiende de estilos, ritmos, melodías, etc. sinó que sólamente entiende de actitud y entrega, de sensaciones, de percepciones. Si el grupo le echa horas y trabajo, y si son buenos realizando SU música, se nota. Insisto en que no importa lo que de ellos salga (pop, rock, folk, experimental, fados, etc) sinó de que lo que salga, salga bien, elaborado, con sabor.


Y el segundo es la inversión. Decía antess que no importa lo que hagan mientras lo hagan bien porque este segundo factor, que es la inversión, es el factor decisivo para que algo funcione independientemente de lo que sea. Evidentmente hablo de inversión económica (que alguien o un sello invierta dinero y pueda pagar publicidad, discos, alquileres de sala y viajes a conciertos), pero también hablo de inversión de tiempo. Que la banda trabaje mucho y duro para progresar, mejorar el directo, ganarse al público, sacar nuevas grabaciones y crear relaciones con otros músicos, productores, etc. La inversión es el factor clave, creo, y a veces se triunfa con una simple inversión de dinero y a veces se triunfa con una enorme inversión de tiempo.


Entonces es cuando aparece el conflicto de prioridades. Aquellos grupos que tienen la suerte (trabajada o no) de estar en el punto de disponer de ambas cosas (calidad e inversión), saben que entonces empieza el auténtico conflicto de prioridades personal. Porque el día tiene 24 horas, de las cuales 8 se duerme y 2 se usan para comer (aprox). El resto del tiempo uno tiene que generar ingresos para vivir, pero si se invierte tiempo en un grupo que no genera beneficios a corto plazo, ¿de qué se vive? Y si se trabaja se pierde tiempo para invertirlo en el grupo que a la larga tiene que generar el sustento y es la apuesta de vida... Cada cual tiene su propia manera de resolverlo, pero está claro que dicho conflicto surge una vez y debe tomarse una decisión drástica: o se apuesta, o se va a medio gas y se pasa el arroz.


Así que para triunfar en la música como se suele decir, uno debe trabajar muy duro, saber muy bien que realmente quieres ganarte la vida con la música y basar tu manera de vida en ello. De otra forma me consta que también es posible, pero el índice de fracasos es muchísimo mayor. Si se va a medio gas se tarda el doble, y la edad es un handicap en un mundo como el de la música, en el que constantemente aparecen nuevas y jóvenes bandas dispuestas a comerse el mundo. El negocio de la música no dista mucho de otros como el del fútbol o, por ejemplo, el de la Fórmula 1. Y si quieres entrar en él, debes aceptar sus reglas.

Así que, ¡dejad de soñar y empezad a ensayar!

miércoles, 8 de agosto de 2007

Ghots - The world is outside

Siguiendo con la hornada de nuevos grupos con regusto retro, aparecen Ghosts, un grupo inglés cuyo single, homónimo al disco, es The World is Outside. Hay de todo en sus influencias: con una simple escucha, oigo Beatles, oigo U2, oigo Supertramp, oigo pop facilón y oigo pop efectivo. Es ochentas con setentas, algo curioso. Tiene un toque de Keane (por poner algún grupo actual también refrito de influencias).
Al igual que a The Twang, los descubrí zapeando por MTV. Sintonizé a mitad del videoclip del efectivo single, una canción sin más pretensiones pero que funciona y tiene calidad, que narices. La podéis escuchar en http://www.ghostsmusic.com/, hay un player Flash para escuchar sus canciones, o también en su MySpace (http://www.myspace.com/ghostsuk).
No os desilusionéis tampoco: es pop fresco, alegre, sin mucho contenido pero bien hecho. Una mezcla de influencias bien llevadas a cabo, para agrandar un poco más el abanico de formaciones que suenan a británicas con influencias británicas. Pura música inglesa, producida como mainstream aunque tengan momentos de intento indie (escuchad esos estribillos con guitarras limpias a corcheras y charles disco de Stop).
Os lo recomiendo, para pasar el rato. Simplemente.

lunes, 16 de julio de 2007

Profundizando: A-ha no sólo es Take on me

En mi primera serie de artículos sobre la música de grupos que fueron famosos por una canción (llámales one hit wonder o no), voy a hablar de A-ha, el trío noruego famoso en los 80 y condenado a ser conocido por Take on me, su mayor éxito comercial de todos los tiempos. Todos conocemos esta canción, si no por el nombre, por sus primeras 5 notas. Sólo bastan esas notas para que todos, al unísono, salten y digan: "¡Oh, esta!", y se pongan a bailar como locos. Como DJ, es un tiro asegurado en una sesión de pop rock comercial que languidece.

Take on me tuvo vida antes de ser uno de los singles más importantes del mundo. Hubo una versión inicial, grabada por el grupo con la ayuda de algún que otro productor, pero no llegó a calar fondo. Para los curiosos, pongo el enlace del vídeo de dicha versión a continuación: http://www.youtube.com/watch?v=lwtlgNx-Gcw

Pero por suerte alguen vió el potencial de Take on me y ordenó volverla a grabar, volverla a producir, y hacer un vídeo decente. El resultado, más que sobresaliente y rompedor, fué este que podéis ver aqui: http://www.youtube.com/watch?v=CUod3jGQt0U

Con este trabajo consiguieron pulir un diamante en bruto y A-ha pasó de ser el grupo que llevaba un año frustrado luchando por conseguir un contrato discográfico en Londres, a ser la sensación pop del momento.

Pero A-ha no sólo es Take on me, evidentemente. A-ha es, sobretodo, calidad compositiva. Para muestra de ello están Hunting High and Low, Out of the blue comes green, Scoundrel Days, Manhattan Skyline (que son dos canciones fusionadas, que crearon una) y un sinfín más. Y tras pasar la época tecnopop, A-ha viró hacia un sonido más natural, más rock, más convencional, para firmar bellezas como Move to Memphis o Lifelines, siguiendo un poco la tendencia de Depeche Mode (que pasó del tecnopop a un sonido más rock).

En directo se defienden con naturalidad y Morten (cantante de la banda) sonríe cuando intenta llegar al falsete en el estribillo de Take on me, porque reconoce que su ambición juvenil le jugó una mala pasada dejando constancia de su amplio registro en esa canción. A día de hoy, por eso, se defiende bien bajando una octava o dejando que sea el público quien entone esa nota imposible que culmina una ascensión de un par de escalas. La incorporación de bateria real doblada con la electrónica de fondo, la guitarra rockera y los sintetizadores hacen de su directo esa mezcla perfecta que lo tiene casi todo: rock, pop, electrónica, progresiones, solos, coros...

Si nunca os habéis parado a escuchar A-ha, bien porque no es vuestro estilo o porque no habéis ido más allá de Take on me, intentad hacer el esfuerzo. Sus dos primeros discos, más tecnopop, son los mejores en cuanto a calidad de composición. Es reconocida la influencia de A-ha por un sinfín de artistas de nivel internacional. En Wikipedia se recogen algunas de las frases que les avalan: "A-ha son uno de esos grandes incomprendidos genios del pop de las últimas dos décadas" (The Guardian), "estaba en Amsterdam el otro día y puse el álbum Hunting High and Low. Recordé en ese momento cuánto me encantaba ese disco. Es simplemente una composición increíble" (Chris Martin, Coldplay, 2005), "A-ha es, a mi parecer, esa clase de bandas incomprendidas. Son percibidos como fenómenos fans para chicas, cuando en realidad son muy, muy creativos" (Adam Clayton, U2)...

Así que os anino a que les saquéis las hombreras, los peinados, las poses, los artificios de imagen y escuchéis las canciones, la música. No quedaréis para nada decepcionados.

Ken Stringfellow

Gracias a la recomendación de una amiga nuestra, promotora de conciertos miembro de Pishapeans Media, pude disfrutar hace una semana del interesante directo de Ken Stringfellow (http://www.kenstringfellow.com/), quien fuera líder de The Posies y actual miembro de The Disciplines y artista en solitario (además de guitarrista de apoyo de REM).

El concierto, que tuvo lugar en la terraza del restaurante Arola de Barcelona (al pie justo del Hotel Arts), fué sencillo pero efectivo: Ken con una guitarra y con un piano de cola Steinway preparado para el cambio de formato. Un equipo de PA y bastante público, tanto fiel como no iniciado, y predispuesto a pasar un buen rato. Como buen comunicador que és, Ken intentó en todo momento conectar con el público que, debido a las características del lugar (una terraza de bar con escenario en medio), estaba ubicado a su derecha, a su izquierda, detrás y enfrente. El micrófono inalámbrico le permitió acercarse a todos y conectar no sólo musicalmente sinó personalmente, con conversaciones de tu a tu (eso sí, en inglés, pero no supuso ningún problema). Grandes tablas tiene ganadas gracias a su larga carrera musical.

En cuanto a la música, las canciones que Ken interpretó pertenecieron a su carrera en solitario y un par de The Posies. Personalmente disfruté más con la parte de piano y voz. Disfruté especialmente con Known Diamond, una preciosa canción excelentemente interpretada por Ken. Su entrega en directo era perfecta, tanto que incluso prefería eliminar el sistema de PA y tocar para todos sin amplificación, en un intento de hacer la velada más auténtica. ¡Y funcionó! Desgraciadamente tuve que dejar la velada a medio concierto, así que me perdí la parte final, pero la parte que ví me gusto.

Si os gusta la música de autor, intima, personal, tranquila, os gustará Ken Stringfellow. Gran músico y gran pesona. Podéis escuchar su trabajo en su MySpace: http://www.myspace.com/kenstringfellow.

viernes, 13 de julio de 2007

Entrevista con Pere Gené, de Lone Star

Pere Gené es uno de los músicos pioneros del rock en nuestro país. Al frente de Lone Star, rompieron esquemas en el mundo musical español al cantar por primera vez rock en directo y fueron el primer grupo que hizo sonar una guitarra eléctrica en el Palau de la Música. A lo largo de su trayectoria profesional, Pere ha combinado sus tareas en el grupo con las de productor publicitario, actividad que le ocupa actualmente. La entrevista se lleva a cabo en el estudio de la escuela CEV de Barcelona, una tarde de jueves.

Lifetime Music: Hola, Pere, y gracias por atender esta entrevista. Es posible que el lector te conozca por ser cantante de Lone Star, un grupo esencial del rock español de los 60 y 70. Cuentanos un poco acerca de tí y de Lone Star.


Pere Gené: Bueno, yo comencé estudiando música clásica aquí en Barcelona, y después hice tres años de virtuosismo. Pasé un año en Inglaterra, justo en el momento en que el rock'n'roll estaba en auge, sobretodo en aquel país. Al volver a Barcelona, tomé la decisión de montar un grupo de rock, dejando al margen toda la música clásica, con el consecuente rechazo de mis padres [risas]. Así fué como nació Lone Star, y estuvimos 25 años en activo. A lo largo de la trayectoria del grupo ha habido varias etapas. Empezamos tocando versiones de otros temas ya conocidos porque la discográfica no permitía tocar temas popios, pero esa práctica se fué diluyendo poco a poco. Por los 70 sacamos "Mi calle", un tema propio en castellano, que hizo que EMI, nuestra discográfica, abriera los ojos y diera más libertad para la creación en Lone Star y en los grupos españoles, en general, permitiendonos sacar un LP en el que la mitad de los temas ya eran composición propia. A partir de ahí intenamos ir un poco más alla, entrando en el terreno del jazz, y el grupo se "desdobló" para grabar un disco exclusivamente de jazz. Luego fuimos editando algunos trabajos más, hasta nuestro último disco, "Viejo Lobo", editado ya en un sello independiente.


LM: Lone Star fué uno de los grupos de rock más importantes de España, empezando a emerger en la década de los 60. ¿Cómo estaba el panorama musical por aquél entonces para dedicarse a la música? ¿Cómo fué vuestro salto?


PG: Empezamos como he comentado, haciendo versiones de otros grupos. Yo era muy joven cuando creé Lone Star, apenas tenia diecisiete años. EMI se interesó por nosotros y empezamos a grabar en sus estudios, ¡con un cuatro pistas analógico! Lone Star siempre nos hemos caracterizado un poco por romper moldes: fuimos el primer grupo que cantó rock en directo y el primero que hizo un guitarrazo en el Palau de la Música de Barcelona. Recuerdo que esto precisamente levantó mucho revuelo. Recuerdo también especialmente un recital que hicimos en el portaaviones John Fitzerald Kennedy, de la armada estadounidense, en Nueva York, en el que ya empezamos a introducir un poco de jazz en la puesta en escena. Siguiendo con esto del jazz, también hicimos dos recitales íntegramente de este estilo en Madrid y Barcelona. Recuerdo precisamente que en Madrid tocamos "El cant dels ocells", de Pau Casals. Cuando se acabó la melodia ad-libitum con el contrabajo, todo el auditorio (hicimos un lleno ese día) se levantó para aplaudir. ¡Me acojoné, porque no nos lo esperabamos para nada! Luego, la Junta de Cultura Popular de Fraga nos propuso hacer un combinado de jazz y rock para tocar en diversas localidades de España, intentando acercar la cultura al máximo de gente del país, y recuerdo que en muchos sitios, debido a la dictadura de Franco, no se había visto esta música y nos encontramos con muchas audiencias sorprendidas ante el jazz.


LM: Canciones como "Mi Calle", "Trilogía" forman parte ya de la historia del rock en nuestro país. ¿Sientes que las letras de dichos temas aún tienen vigencia, en esencia?


PG: "Mi calle" sí, desde luego. Pero otras quizá no, creo que responden a un sentimiento que tuve en el momento de escribirlas pero que ya se ha perdido o ha desaparecido. No me gusta cantar temas que han perdido su significado: cuando hacemos conciertos hoy en día, escogemos el repertorio también en función del contenido de los temas.


LM: Cuéntanos un poco cuál es tu relación hoy en día con el mundo de la música.


PG: Actualmente, mi contacto con la música es básicamente a nivel de producción publicitaria. También hago clases de producción musical en una escuela de Barcelona. El grupo lo dejamos hace tiempo, aunque de manera esporádica nos reunimos para alguna actuación. De todas maneras, ahora mismo no me decanto hacia la música en directo: tendrían que reunirse algunos factores para que me animara de nuevo a tocar. Pero hoy en día la música que podría hacer no sé que repercusión o interés tendría, porque los tiempos han cambiado y el rock ya no está tan vivo o tan presente como antes. Mi música o nuestra música es como un círculo cerrado, y la gente de ahora quiere cosas nuevas.


LM: Con la experiencia adquirida todos estos años en el mundo de la música, y como conocedor de dicho mundo, ¿qué recomendarias a un grupo o artista que desea darse a conocer y que está dando sus primeros pasos?


PG: Básicamente hay dos vías: una es, conociendo qué es lo que se cuece en el mercado musical, engancharte al carro y hacer la música que el público quiere escuchar. Luego, si no es este tu caso, para tener éxito debes tener lo que se llama el "hecho diferencial": hago que te haga diferente de los demás y que sea atractivo y llame la atención. Por ejemplo Estopa: es un grupo que puede o no gustarte, pero su música es única, y immediatamente reconoces una canción suya al oírla por la radio.


LM: Para finalizar, un breve cuestionario para conocernos un poco más:


Un disco: de Peter Gabriel, el disco de la gira de Secret World Live.
Un libro: ahora estoy leyendo El Código da Vinci, pero mi libro de cabecera es Así habló Zaratrustra.
Una película: West Side Story
Una frase: "Todo es gracia", de San Francisco. Viene a decir que, a la larga, todo es positivo.
Un pasatiempo: viajar


Gracias, Pere. ¡Hasta pronto!

jueves, 12 de julio de 2007

The Twang (nuevo grupo mainstream)

The Twang, a priori, no parecen tener nada especial. Un poco de aquí, un poco de allí. Un poco de Lightning Seeds, algo de Housemartins, bastante de U2, vago recuerdo de The Stone Roses... varias influencias se mezclan. Pero para no tener nada en particular, vienen para quedarse. Los descubrí viendo la MTV (de cuando en cuando zapeo por ahí), en concreto viendo el videoclip de la canción Wide awake. Videoclip sencillo: el grupo tocando en un bar, ante un público fiel. Tomas del grupo, tomas del público, etc. La canción me confirmó la eficiacia de las canciones de un sólo acorde y una sóla variacion. Porque Wide awake es eso: C con cambios a Am, G y FMaj7 (o por ahí debe andar la cosa). Pero esa guitarra aérea la convierte en especial, así como el cantar rápido y hablado del cantante y esa reverb infinita pero tan bien puesta.

Anoté en un papel el nombre y busqué en Google un poco más tarde. Este hecho me permitió conocer a The Twangs (con ese final), grupo español que comparte cartel en algunas citas con The Nu-Niles, grupo con el que compartimos local en el barrio de Sagrada Família de Barcelona, hace tiempo, durante más de dos años. Todas unas eminencias dentro del rockabilly, los Nu-Niles. Tras este pequeño despiste que me trajo gratos recuerdos, encontré el MySpace de The Twang (http://www.myspace.com/thetwang), donde pude escuchar más canciones: Either Way y Two lovers. Ambas seguian la línea de Wide awake, por lo que la coherencia del grupo estaba clara.

Son un grupo joven, no diré emergente porque ya están emergidos, pero con poca carrera por detrás y mucha por delante. De momento han mostrado madurez musical con su primer disco famoso, y les tendré el ojo echado de cara a futuros trabajos. Este viernes y sábado actuaran en el festival Summercase, tanto en Madrid como Barcelona: si podéis pasaros a verlos, ya me comentaréis como se desenvuelven en directo.

Nelly Furtado - Loose

No suelo comprar muchos discos comerciales (de artistas a los que no les hace falta que les compren discos), pero esta vez no me he podido resistir de comprar el último disco de Nelly Furtado, Loose, tras descargarlo de Internet (¡oops!) y escucharlo en bucle bastantes veces. ¿Que por qué me lo he comprado teniendolo en Mp3? Debo ser coleccionista, porque me gusta tener CDs en soporte físico. Aparte del debatible tema de la calidad de sonido.

Calidad de sonido que en este disco me ha sorprendido porque es bastante libre. Canciones como Say it right, donde una ligera distorsion en la sección de los graves me trae dudando entre si me gusta o no. El hecho es que está bien puesta, así que no llega a molestar, y le da un toque especial. Debe ser lo que se llama usar un efecto con fines artísticos, más que un error de mastering. Independientemente de eso, la canción es increíble.

Como otros cortes de dicho disco. Mención especial a What I wanted, una excelente balada que se sale de la línea del disco, a Do it (omitiendo la ya conocida controversia del plagio de Acidjazzed Evening), Maneater y Promiscuous Girl. Hay otras perlas escondidas y pequeños pasajes enmedio de canciones que merecen ser bien escuchados. De todo el tracklist, descartaría No hay igual, tanto por su forma como por su contenido, y el dúo con Juanes lo entiendo como la maniobra comercial para salir un poco más adelante con el disco. Pese a ello, considero que es una buena canción, para ser comercial como és.

Y es que creo que Nelly Furtado ha firmado el mejor disco mainstream del año. Sus muy variadas influencias se han dado cita y han dado luz a un disco que es hip-hop, es urbano, es soul, es incluso 80s... creo que todo el mundo puede ver su estilo reflejado en una canción o en algunos aspectos de la producción o de la composición.

Por eso, quiero dar un 9 de 10 (porque la perfección no existe) a Nelly Furtado por este excelente disco. Y si no os lo queréis comprar (cosa que entiendo), almenos escuchadlo una vez seguido. ¡Os gustará, creedme!

Una aproximación a la música de Tears For Fears

La banda británica formada esencialmente por Roland Orzabal y Curt Smith saltó a la fama a mediados de los años 80 gracias al disco Songs from the Big Chair, posterior a The Hurting, álbum de debut que les hizo populares en su país natal, Inglaterra.

Ambos natales de la localidad de Bath, se conocieron por primera vez en la banda The Graduate, una banda de ska pop con la que grabaron un disco para un sello independiente. En dicho grupo Curt y Roland congeniaron y se dieron cuenta, según han comentado en entrevistas posteriores, de que estar en una banda de música con varios miembros, donde se deben tomar decisiones de manera democrática, a veces no es la mejor manera para avanzar. Así que unieron fuerzas y iniciaron un proyecto musical en el que cualquiera que estuviera interesado estaba invitado a colaborar, pero que lideraron desde un buen principio ellos dos. Dicho proyecto se llamó Tears For Fears, y con el tiempo se unirían a él y serian parte activa y constante Manny Elias a la batería, Chris Huges en la producción y Ian Stanley en los teclados y la producción, cuya influencia sería decisiva en el sonido de la banda en discos posteriores.

Ya desde su primer disco (incluso ya desde algunas de las canciones en The Graduate) se nota la influencia beatle y de la música popular británica en sus composiciones. Cadencias de acordes, melodias, ritmo y estructuras. En el disco de debut, The Hurting, Tears For Fears mezcla la rítmica y melodía pop con la emergente electrónica de los sintetizadores. Aunque es un disco esencialmente electrónico, coexisten de manera muy natural bases electrónicas con, por ejemplo, guitarras acústicas.

Tears For Fears siempre se han caracterizado por ser capaces de crear tanto canciones sencillas como complejas y ser igualmente efectivos en ambos terrenos. Casos de ambos extremos serian, por ejemplo, Mad World y la excelentemente sobreproducida Sowing The Seeds Of Love. Mad World es una canción muy sencilla a nivel armónico, pero con una melodía increíblemente efectiva sobre unos acordes bastante convencionales. Sowing The Seeds of Love incluye más progresiones de acordes, más secuencias, partes diferentes, estructuras complejas, texturas sonoras diferentes, además de una excelente producción y unos cambios de registros muy bien estudiados. Pese a su aparente complejidad, hecho tradicionalmente reñido con la popularidad, se convierte en extremadamente popular gracias a un estribillo directo y pegadizo, una secuencia de partes muy bien ideada y una letra excelente. Además, ambas canciones son inmediatamente reconcibles con sólo escuchar los primeros cinco segundos, hecho que demuestra la singularidad del sonido de la banda.

La temática de las letras de Tears For Fears suele girar siempre entorno a temas relacionados con la sociedad y la psicología humana. Ambos han declarado en varias ocasiones su interés por la psicología y las corrientes de pensamiento. No existen letras sencillas en Tears For Fears. En cuanto al lado musical, Tears For Fears son capaces de facturar desde una canción electrónica de protesta (Shout) hasta un blues instrumental como Badman's song, pasando por el chillout (Listen), canciones con temática y sonoridad bastante “tonta” (The way you are) o incluso su propia clase de rock guitarrero (Dog's a best firend's dog), con canciones de culto como Head Over Heels o Everybody Wants To Rule The World, clásicos aireados hasta la saciedad en las radios junto a Sowing The Seeds Of Love.

Entonces, ¿cuáles son las claves del éxito de Tears For Fears? Por un lado, la versatilidad que hemos comentado. Desde un tema electrónico a un solo de jazz. El amplio abanico de estilos musicales que Tears For Fears ha abarcado a lo largo de su carrera hace que, quien más quien menos, tenga una canción favorita de la banda o le guste un disco más que otro. Pese a ello, la banda tiene característiacs claras que le otorgan lo que se denomina el hecho diferencial, aquello que hace que identifiques rápidamente una canción como de Tears For Fears. En parte gracias a la inconfundible y excelente voz de Roland Orzabal y la inconfundible aunque no tan excelente voz de Curt Smith. Algo parecido a lo que sucede con Fleetwood Mac: varios registros de voces pero todas únicas, sin parecido tímbrico en el panorama musical.

Por otro lado, han acertado en crear melodías perfectas y muy populares pero con una base muy rica tanto musicalmente como tímbricamente. Esto eleva a la banda a niveles de culto, ya que su música, pese a ser muy “contagiable”, dispone de ese sonido único y no se ciñe a los cánones o sonoridades convencionales. El timbre de las canciones de Tears For Fears (la mezcla de electrónica con acústica) y sus producciones, convierten a las canciones de la banda en una excelente mezcla de comercialidad y calidad musical, conceptos que se suelen considerar reñidos.
Tears For Fears son el grupo con uno de los ratios de hits en relación a canciones compuestas más elevado de los existentes hoy en día. Pese a sus escasas publicaciones (4 discos como dúo y 3 como proyecto en solitario de Roland Orzabal), son conocidas canciones de todos sus discos y, en muchos de ellos (como en el caso de Songs From the Big Chair o Sowing The Seeds Of Love) , la mayoría de las canciones han sido o son hits incluso en la actualidad, sonando a diario por las radios de todo el mundo.