domingo, 28 de octubre de 2007

El destino de las canciones

Estamos actualmente en plena grabación de disco debut con mi banda. En él se mezclan canciones de nueva hornada con canciones que tienen algunas hasta seis años de antiguedad. Todo sea dicho: estas canciones tan antiguas han sido grabadas, regrabadas, remezcladas, remixeadas, y re-todo. Las de nueva hornada son más frescas, mas directas. Partiendo del principio de que publicamos el disco de debut en breve y teniendo canciones ya grabadas (algunas con una calidad excelente) y material nuevo, hemos tenido que tomar la decisión de qué hacer: ¿volverlo a grabar todo para unificar el sonido? ¿O grabar las canciones nuevas y dejar las existentes como estan?

Parece una decisión fácil a simple vista: bueno, si suenan bien las que ya se tienen, pues se graban las nuevas y listos. Más económico, más rápido y así tenemos el disco publicado antes, con lo que podemos empezar a hacer promo y conciertos más pronto. Pero es una decisión equivocada en nuestro caso, en una banda como la nuestra, en esencia un dúo de música electrónica (a lo largo del tiempo) pero que ha contado con miembros duraderos y que han aportado su particular sonido, plasmado en las canciones, en su momento. Son miembros que ya no están, y que hicieron que la canción respirara de esa manera, pero ahora esa canción no puede tener más ese sentimiento.

Así que a día de hoy, y de nuevo reducidos a dúo, hemos tenido que tomar la decisión más laboriosa pero coherente: volver a grabarlo todo, volver a poner las canciones al día, hacer que se aprovechen del rodaje que tienen y de nuestro estado musical actual (la experiencia que hayamos acumulado, los nuevos instrumentos, las nuevas técnicas aprendidas, incluso sacar todo el partido a los nuevos software de producción e interpretación musical).

Es por ello que también optamos por la inclusión de manera definitiva de un baterista real para las grabaciones del disco y los conciertos que vendrán. Porque en esencia siempre hemos tenido un sonido electrónico, por dos razones elementales: porque nos gusta, y porque no hemos tenido nunca batería en el grupo. Por fin hemos puesto remedio a esto y la mezcla de electrónica con acústico está haciendo grandes las canciones. También hemos optado por aparcar los sonidos de piano de los teclados y los sintetizadores virtuales y dejarnos un poco el presupuesto en un buen piano de cola de estudio y un nuevo sintetizador Nord Lead 2X que cubre, con creces, todas nuestras expectativas sónicas.

El resultado de todo esto es que está naciendo un disco que nos está encantando. Es orgánico, es vital, es humano, pero a la vez es electrónico, es oscuro, es preciso y matemático, sobreproducido. Es tarea de chinos (además de innecesaria) sacar un groove bueno de bateria programada cuando puedes grabar a un baterista real y añadir capas de sonido encima, para conseguir el ritmo adecuado. Es innecesario programar un piano Midi, hacerlo preciso, exacto, cuando lo que de realmente se trata es de vivir el piano; tocarlo, hacer que suene, captar la madera, y hacerlo ligeramente impreciso y, con ello, más emotivo, menos maquinal.

¿A dónde quiero llegar con todo esto? Escuchando las demos de las canciones a medio hacer, me doy cuenta de que tenemos canciones de antaño vueltas a grabar con muchísima más vida, muchísmo mejores a día de hoy incluso con menos calidad de sonido. En resumen, el destino de las canciones está marcado por el momento en que se plasman en un formato audible. Quiero decir con esto que una buena canción puede desgraciarse (como nos ha sucedido) si la grabas usando la instrumentación equivocada, el tiempo equivocado, la producción errada o el feeling inadecuado. O si el dia en el que la grabas estás de resaca. Del mismo modo, estos mismos factores que pueden arruinar una cación pueden hacer de otra la octava maravilla del mundo. Cada canción pide que sea grabada de una manera concreta, y no encontrarla es echarla a perder.

No somos los únicos que nos damos cuenta de esto. Hablando con músicos amateurs, conocidos y amigos nuestros, comentan también lo mismo. Y si lees entrevistas a bandas ya consagradas, verás que algunas detestan el sonido de alguno de sus discos y en directo interpretan esas canciones como es debido, no como las grabaron en su momento. Depeche Mode, por ejemplo, no está nada orgulloso del sonido de sus primeros discos, y en los directos actuales tocan aquellas canciones desde la perspectiva actual sobre ellas, mejorándolas con creces. Los escoceses Simple Minds tampoco se sienten orgullosos de la manera como las canciones del disco New Gold Dream fueron plasmadas, ya que (según ellos) no reflejan la vitalidad y emotividad que en directo tenían. ¡Y es cierto, porque la produción las ablanda tanto que puede que no las reconozcas en directo!

¿Alguien se imagina Sweet Child O'Mine grabada en formato balada, con tempo lento? ¿O Angie grabada en swing? Realmente no habrían llegado donde estan. ¡Así que, si eres músico, piensa bien cómo vas a grabar esa canción que tienes en la cabeza y en la que depositas tanta fe! Porque si te equivocas, puede que ni tu mismo seas capas de escucharla después...