jueves, 12 de julio de 2007

Una aproximación a la música de Tears For Fears

La banda británica formada esencialmente por Roland Orzabal y Curt Smith saltó a la fama a mediados de los años 80 gracias al disco Songs from the Big Chair, posterior a The Hurting, álbum de debut que les hizo populares en su país natal, Inglaterra.

Ambos natales de la localidad de Bath, se conocieron por primera vez en la banda The Graduate, una banda de ska pop con la que grabaron un disco para un sello independiente. En dicho grupo Curt y Roland congeniaron y se dieron cuenta, según han comentado en entrevistas posteriores, de que estar en una banda de música con varios miembros, donde se deben tomar decisiones de manera democrática, a veces no es la mejor manera para avanzar. Así que unieron fuerzas y iniciaron un proyecto musical en el que cualquiera que estuviera interesado estaba invitado a colaborar, pero que lideraron desde un buen principio ellos dos. Dicho proyecto se llamó Tears For Fears, y con el tiempo se unirían a él y serian parte activa y constante Manny Elias a la batería, Chris Huges en la producción y Ian Stanley en los teclados y la producción, cuya influencia sería decisiva en el sonido de la banda en discos posteriores.

Ya desde su primer disco (incluso ya desde algunas de las canciones en The Graduate) se nota la influencia beatle y de la música popular británica en sus composiciones. Cadencias de acordes, melodias, ritmo y estructuras. En el disco de debut, The Hurting, Tears For Fears mezcla la rítmica y melodía pop con la emergente electrónica de los sintetizadores. Aunque es un disco esencialmente electrónico, coexisten de manera muy natural bases electrónicas con, por ejemplo, guitarras acústicas.

Tears For Fears siempre se han caracterizado por ser capaces de crear tanto canciones sencillas como complejas y ser igualmente efectivos en ambos terrenos. Casos de ambos extremos serian, por ejemplo, Mad World y la excelentemente sobreproducida Sowing The Seeds Of Love. Mad World es una canción muy sencilla a nivel armónico, pero con una melodía increíblemente efectiva sobre unos acordes bastante convencionales. Sowing The Seeds of Love incluye más progresiones de acordes, más secuencias, partes diferentes, estructuras complejas, texturas sonoras diferentes, además de una excelente producción y unos cambios de registros muy bien estudiados. Pese a su aparente complejidad, hecho tradicionalmente reñido con la popularidad, se convierte en extremadamente popular gracias a un estribillo directo y pegadizo, una secuencia de partes muy bien ideada y una letra excelente. Además, ambas canciones son inmediatamente reconcibles con sólo escuchar los primeros cinco segundos, hecho que demuestra la singularidad del sonido de la banda.

La temática de las letras de Tears For Fears suele girar siempre entorno a temas relacionados con la sociedad y la psicología humana. Ambos han declarado en varias ocasiones su interés por la psicología y las corrientes de pensamiento. No existen letras sencillas en Tears For Fears. En cuanto al lado musical, Tears For Fears son capaces de facturar desde una canción electrónica de protesta (Shout) hasta un blues instrumental como Badman's song, pasando por el chillout (Listen), canciones con temática y sonoridad bastante “tonta” (The way you are) o incluso su propia clase de rock guitarrero (Dog's a best firend's dog), con canciones de culto como Head Over Heels o Everybody Wants To Rule The World, clásicos aireados hasta la saciedad en las radios junto a Sowing The Seeds Of Love.

Entonces, ¿cuáles son las claves del éxito de Tears For Fears? Por un lado, la versatilidad que hemos comentado. Desde un tema electrónico a un solo de jazz. El amplio abanico de estilos musicales que Tears For Fears ha abarcado a lo largo de su carrera hace que, quien más quien menos, tenga una canción favorita de la banda o le guste un disco más que otro. Pese a ello, la banda tiene característiacs claras que le otorgan lo que se denomina el hecho diferencial, aquello que hace que identifiques rápidamente una canción como de Tears For Fears. En parte gracias a la inconfundible y excelente voz de Roland Orzabal y la inconfundible aunque no tan excelente voz de Curt Smith. Algo parecido a lo que sucede con Fleetwood Mac: varios registros de voces pero todas únicas, sin parecido tímbrico en el panorama musical.

Por otro lado, han acertado en crear melodías perfectas y muy populares pero con una base muy rica tanto musicalmente como tímbricamente. Esto eleva a la banda a niveles de culto, ya que su música, pese a ser muy “contagiable”, dispone de ese sonido único y no se ciñe a los cánones o sonoridades convencionales. El timbre de las canciones de Tears For Fears (la mezcla de electrónica con acústica) y sus producciones, convierten a las canciones de la banda en una excelente mezcla de comercialidad y calidad musical, conceptos que se suelen considerar reñidos.
Tears For Fears son el grupo con uno de los ratios de hits en relación a canciones compuestas más elevado de los existentes hoy en día. Pese a sus escasas publicaciones (4 discos como dúo y 3 como proyecto en solitario de Roland Orzabal), son conocidas canciones de todos sus discos y, en muchos de ellos (como en el caso de Songs From the Big Chair o Sowing The Seeds Of Love) , la mayoría de las canciones han sido o son hits incluso en la actualidad, sonando a diario por las radios de todo el mundo.

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