lunes, 31 de diciembre de 2007
Reverend and The Makers - The State Of Things
Habla del día a día. En sus letras afirma que te explicará como estan las cosas, cual es el auténtico estado de las cosas, aquél que no te explican en la escuela. Te explicará de qué va la vida desde el punto de vista de un joven occidental que ronda el cuarto de siglo, nacido en una mediana ciudad inglesa de tradición industrial (y también de amplia tradición musical). No se callará, porque tiene cosas que decir. Y las quiere decir, pero quiere que mientras las escuchas, bailes sin parar y que lo pases bien.
Encuentro que es un acto de sinceridad extremo, porque realmente, ¿quien dice algo hoy en dia? Las palabras suenan grandes ("el mundo esta así, el mundo esta asá, la sociedad, etc"). Ante esta visión, él simplemente explica lo que le parece mal en función de su percepción de la vida, la percepción que un joven inglés del primer mundo puede tener. Dice palabras grandes, pero no suena pedante, aunque sí adolescente a veces. Pero esa es la realidad de la mayoria de la juventud veinteañera (y treintañera) del siglo XXI: la adolescencia se prolonga.
Por eso nos habla con ironía de los detectives de butacón ("Armchair detective"), gente que necesita opinar (sea lo que sea, indistintamente de lo distante que esté de la realidad), porque si no opinas hoy en día, alguien lo hará y te dejará por debajo de él. Nos habla del campeón del mundo de pesos pesados ("Heavyweight champion of the world"), esa persona que vé pasar el tiempo en su sofá y que deja correr todos sus sueños, alienado. Habla de esas aventuras emocionales raras de la gente de hoy en día, que el cotilleo de barrio ayuda más a hacer correr la voz que no Internet ("What the milkman say"). Habla también de que no puedes apresar a tu pareja si realmente vivís en planetas diferentes ("Open your window"). De que quiero irme de vacaciones y rebentarlo todo ("18-30"), de que a veces los ex tienen sexo pese a que no se recomiende, según dicen ("Sex with the ex"), y de que no todos los tíos somos iguales, algunos nos lo curramos ("Miss Brown").
¿Curiosos temas, no? Pero no son otra cosa que los temas que puedes oír debatir horas y horas ante cervezas y bajo músicas estridentes en cualquier antro decadente en una noche cualquiera en una ciudad, a día de hoy. Nada más cerca de la realidad de la mayoría de la juventud. Existen otras realidades, pero no neguemos: el ambiente donde esta música se escucha está plagado de historias postadolescentes como las que en este disco se explican. Y se explican con la música que la gente que las sufre quiere oír.
Por eso considero que es un disco redondo. Por su acercamiento a una de las realidades existentes, y por su concreción musical. Totalmente recomendable. Ya os lo podéis bajar de Internet.
martes, 4 de diciembre de 2007
Puzzle sonoro
Mezclar y producir una canción es hacer que ese puzzle quede, en primer lugar, completado (mezclar) y, en segundo lugar, que puedas colgarlo en la pared con un buen cristal protector (producir), para que sea digno de ver (si es que un puzzle colgado es digno de ver alguna vez...)
Se tiene que tener habilidad y buen oído pero, ante todo, se tiene que tener mucha experiencia y mucha dedicación. Hacer que encajen las piezas sonoras es una faena rutinaria hasta el punto en el que la rutina permite (cortar graves en los platos de bateria, comprimir el bajo, poner un poco de reverb, etc), pero llega un punto en que los procedimientos se agotan y, si aún no suena, es cuando empieza la odisea por encontrar ese delicado equilibrio que hace que aquello ande, que tenga ritmo, que tenga harmonia, presencia, que esté completo.
Todo el mundo puede llegar a mezclar con decencia, pero en el delicado arte de la producción destacan sólo unos pocos que son capaces de hacer que cualquier canción llegue a niveles insospechados y que respiren de alguna manera. Por eso numerosos artistas escogen a su productor musical: porque sólo ellos son capaces de hacer llegar esas canciones hasta donde quieren llevarlas. Porque la mayoria de músicos suelen ser buenos músicos, pero malos productores de su propia música (¡no así la de los demás!).
Es una gran sensación cuando alguien coge tu puzzle sonoro, ese puzzle que ya no sabías como resolver, que te llevaba de cabeza, y con unos simples movimientos de faders consigue lo que tu no has conseguido en días. Es en ese momento cuando te das cuenta de que no todo está escrito y que no todas tus canciones divagan sin definirse. Porque para tí, aquello que suena tras esos retoques claves es la mejor canción del planeta, y todo gracias a esa visión externa, esa experiencia y ese saber hacer de la persona que ocupa esa posición final en el proceso de grabación de cualquier canción.
¡La cosa marcha bien!
martes, 13 de noviembre de 2007
Tocar, sentir, tocar
La clave de la no caducidad de una buena obra de arte es, pues, el sentimiento que hay en ella. Es difícil, pero debe buscarse esa durabilidad cuando uno hace música, pintura, literatura, cine... Y debe ser así, porque sinó no estariamos hablando de arte. Estariamos hablando de... no sé, ¿que coño hacemos? Ahí esta el problema de mucha gente. ¿Para qué haceis música?
domingo, 28 de octubre de 2007
El destino de las canciones
Parece una decisión fácil a simple vista: bueno, si suenan bien las que ya se tienen, pues se graban las nuevas y listos. Más económico, más rápido y así tenemos el disco publicado antes, con lo que podemos empezar a hacer promo y conciertos más pronto. Pero es una decisión equivocada en nuestro caso, en una banda como la nuestra, en esencia un dúo de música electrónica (a lo largo del tiempo) pero que ha contado con miembros duraderos y que han aportado su particular sonido, plasmado en las canciones, en su momento. Son miembros que ya no están, y que hicieron que la canción respirara de esa manera, pero ahora esa canción no puede tener más ese sentimiento.
Así que a día de hoy, y de nuevo reducidos a dúo, hemos tenido que tomar la decisión más laboriosa pero coherente: volver a grabarlo todo, volver a poner las canciones al día, hacer que se aprovechen del rodaje que tienen y de nuestro estado musical actual (la experiencia que hayamos acumulado, los nuevos instrumentos, las nuevas técnicas aprendidas, incluso sacar todo el partido a los nuevos software de producción e interpretación musical).
Es por ello que también optamos por la inclusión de manera definitiva de un baterista real para las grabaciones del disco y los conciertos que vendrán. Porque en esencia siempre hemos tenido un sonido electrónico, por dos razones elementales: porque nos gusta, y porque no hemos tenido nunca batería en el grupo. Por fin hemos puesto remedio a esto y la mezcla de electrónica con acústico está haciendo grandes las canciones. También hemos optado por aparcar los sonidos de piano de los teclados y los sintetizadores virtuales y dejarnos un poco el presupuesto en un buen piano de cola de estudio y un nuevo sintetizador Nord Lead 2X que cubre, con creces, todas nuestras expectativas sónicas.
El resultado de todo esto es que está naciendo un disco que nos está encantando. Es orgánico, es vital, es humano, pero a la vez es electrónico, es oscuro, es preciso y matemático, sobreproducido. Es tarea de chinos (además de innecesaria) sacar un groove bueno de bateria programada cuando puedes grabar a un baterista real y añadir capas de sonido encima, para conseguir el ritmo adecuado. Es innecesario programar un piano Midi, hacerlo preciso, exacto, cuando lo que de realmente se trata es de vivir el piano; tocarlo, hacer que suene, captar la madera, y hacerlo ligeramente impreciso y, con ello, más emotivo, menos maquinal.
¿A dónde quiero llegar con todo esto? Escuchando las demos de las canciones a medio hacer, me doy cuenta de que tenemos canciones de antaño vueltas a grabar con muchísima más vida, muchísmo mejores a día de hoy incluso con menos calidad de sonido. En resumen, el destino de las canciones está marcado por el momento en que se plasman en un formato audible. Quiero decir con esto que una buena canción puede desgraciarse (como nos ha sucedido) si la grabas usando la instrumentación equivocada, el tiempo equivocado, la producción errada o el feeling inadecuado. O si el dia en el que la grabas estás de resaca. Del mismo modo, estos mismos factores que pueden arruinar una cación pueden hacer de otra la octava maravilla del mundo. Cada canción pide que sea grabada de una manera concreta, y no encontrarla es echarla a perder.
No somos los únicos que nos damos cuenta de esto. Hablando con músicos amateurs, conocidos y amigos nuestros, comentan también lo mismo. Y si lees entrevistas a bandas ya consagradas, verás que algunas detestan el sonido de alguno de sus discos y en directo interpretan esas canciones como es debido, no como las grabaron en su momento. Depeche Mode, por ejemplo, no está nada orgulloso del sonido de sus primeros discos, y en los directos actuales tocan aquellas canciones desde la perspectiva actual sobre ellas, mejorándolas con creces. Los escoceses Simple Minds tampoco se sienten orgullosos de la manera como las canciones del disco New Gold Dream fueron plasmadas, ya que (según ellos) no reflejan la vitalidad y emotividad que en directo tenían. ¡Y es cierto, porque la produción las ablanda tanto que puede que no las reconozcas en directo!
¿Alguien se imagina Sweet Child O'Mine grabada en formato balada, con tempo lento? ¿O Angie grabada en swing? Realmente no habrían llegado donde estan. ¡Así que, si eres músico, piensa bien cómo vas a grabar esa canción que tienes en la cabeza y en la que depositas tanta fe! Porque si te equivocas, puede que ni tu mismo seas capas de escucharla después...
sábado, 8 de septiembre de 2007
WTF Jam Sessions en Jamboree
sábado, 25 de agosto de 2007
Pukkelpop 2007
Durante la mañana estuvimos visitando varios escenarios de pasada, viendo breves instantes de actuaciones de varios grupos. Vimos mucho británico guitarrero pop, que es lo que está de moda. Quisimos ver Lacuna Coil pero por un retraso en la autopista no llegaron a tiempo y tuvieron que ser sustituidos por Enter Shikari. Cuando nos dimos cuenta del cambio, estaban a punto de salir y estábamos rodeados de un mar de adolescentes. Ya que estabamos atrapados, nos quedamos un rato y nos lo pasamos bien viendo el descaro y la actitud inocente de un grupo que no creo que sume más de 20 años de media de edad. Divertido, si más no. Practican la actual mezcla de guitarreo duro con sintetitzadores ácidos, a veces rock, a veces techno. Y mucho descaro y desparpajo.
Sparta tocaron en el Main Stage su rock heredero de U2. No estuvo mal, pero había demasiados guiños a la banda de Dublín. Silverchair ofrecieron un concierto bueno pero no espectacular. Su cantante omitió varias partes cantadas de las canciones y se recreó bastante en hacer paranoias con la guitarra (acoples, sonidos, solos con los dientes, etc), pero el público fiel se lo supo perdonar. A mi, personalmente, me cansó un poco.
Mi primera sorpresa fué con Ozark Henry, seudónomio de un conicido artista belga. Practica un pop rock muy en la onda de U2 o Coldplay (a veces excesivamente igual), pero se lo supe perdonar. Aunque fué uno de los que menos entregado ví al público (poca comunicación y una actitud relativamente distante), puedo asegurar que (a nivel musical) fué uno de los grupos más completos que ví ese día. Escuchad algo en su MySpace si tenéis ocasión (http://www.ozarkhenry.com/).
Tras Ozark Henry corrí a ver a The Sounds, el grupo sueco revelación del 2006. Fué como trasladarse a los años 80 y ver tocar a Blondie: algo impresionante. Nada que no esté ya hecho, y nada con muchas pretensiones, pero sí que puedo decir que fué uno de los conciertos más divertidos y entregados que he vivido. La actitud del grupo (pese a los visibles problemas técnicos) fué excelente, y tuvieron interesantes detalles como romper con el set para tocar Claro de Luna a piano y luego a piano y guitarra, algo que creía que hoy en día los grupos no tendrían narices de hacer. Pues ahí estaban. El bis del concierto, un tema techno pop guitarrero, fué el cierre perfecto para esta banda de jóvenes que rescatan la new wave tan de moda ahora.
Pero lo mejor, sin lugar a dudas, fué Nine Inch Nails. Debo decir que soy bastante desconocedor del trabajo de la banda de Trent Reznor (por no gustarme en exceso su sonido industrial), pero lo que vi en directo me dejó petrificado. Estuve todo el concierto inmóvil, alucinando, analizando cada uno de los cambios de luces, de los planos del VJ, de los cambios harmónicos y de tempo, cada uno de los leds luminosos que creaban impresionantes efectos que yo nunca antes había visto (como cuando pusieron la pantalla de leds delante de los músicos mostrando imagenes de ruido -como cuando la televisión no sintoniza nada- y a través de ese ruido se veía a la banda tocar por detras... increíble). El show ofrecido por NIN es de lo mejor que he visto en directo, junto al Night Of The Proms (en otro orden de cosas, claro) y el show de Roger Waters. No hubieron fallos, la interpretación fué exacta y precisa, el espectáculo fué milimétrico, hubo hasta 3 cambios de formato en el escenario (banda - DJ - banda - DJ) que se sucedieron como si nada... Realmente puedo afirmar que NIN es de lo más recomendable a día de hoy para ver en directo. Aunque no te gusten (como era mi caso), el dinero de la entrada estará muy bien gastado.
Tras ellos tocaron Tool, pero por muy mal que me sepa por ellos, preferimos cambiar sus guitarreos distorsionados por las carpas de DJ. Creo que Tool no merecían cerrar la noche tanto como lo merecían Nine Inch Nails.
¡Saludos y hasta otra!
jueves, 16 de agosto de 2007
El conflicto de prioridades
miércoles, 8 de agosto de 2007
Ghots - The world is outside
lunes, 16 de julio de 2007
Profundizando: A-ha no sólo es Take on me
Take on me tuvo vida antes de ser uno de los singles más importantes del mundo. Hubo una versión inicial, grabada por el grupo con la ayuda de algún que otro productor, pero no llegó a calar fondo. Para los curiosos, pongo el enlace del vídeo de dicha versión a continuación: http://www.youtube.com/watch?v=lwtlgNx-Gcw
Pero por suerte alguen vió el potencial de Take on me y ordenó volverla a grabar, volverla a producir, y hacer un vídeo decente. El resultado, más que sobresaliente y rompedor, fué este que podéis ver aqui: http://www.youtube.com/watch?v=CUod3jGQt0U
Con este trabajo consiguieron pulir un diamante en bruto y A-ha pasó de ser el grupo que llevaba un año frustrado luchando por conseguir un contrato discográfico en Londres, a ser la sensación pop del momento.
Pero A-ha no sólo es Take on me, evidentemente. A-ha es, sobretodo, calidad compositiva. Para muestra de ello están Hunting High and Low, Out of the blue comes green, Scoundrel Days, Manhattan Skyline (que son dos canciones fusionadas, que crearon una) y un sinfín más. Y tras pasar la época tecnopop, A-ha viró hacia un sonido más natural, más rock, más convencional, para firmar bellezas como Move to Memphis o Lifelines, siguiendo un poco la tendencia de Depeche Mode (que pasó del tecnopop a un sonido más rock).
En directo se defienden con naturalidad y Morten (cantante de la banda) sonríe cuando intenta llegar al falsete en el estribillo de Take on me, porque reconoce que su ambición juvenil le jugó una mala pasada dejando constancia de su amplio registro en esa canción. A día de hoy, por eso, se defiende bien bajando una octava o dejando que sea el público quien entone esa nota imposible que culmina una ascensión de un par de escalas. La incorporación de bateria real doblada con la electrónica de fondo, la guitarra rockera y los sintetizadores hacen de su directo esa mezcla perfecta que lo tiene casi todo: rock, pop, electrónica, progresiones, solos, coros...
Si nunca os habéis parado a escuchar A-ha, bien porque no es vuestro estilo o porque no habéis ido más allá de Take on me, intentad hacer el esfuerzo. Sus dos primeros discos, más tecnopop, son los mejores en cuanto a calidad de composición. Es reconocida la influencia de A-ha por un sinfín de artistas de nivel internacional. En Wikipedia se recogen algunas de las frases que les avalan: "A-ha son uno de esos grandes incomprendidos genios del pop de las últimas dos décadas" (The Guardian), "estaba en Amsterdam el otro día y puse el álbum Hunting High and Low. Recordé en ese momento cuánto me encantaba ese disco. Es simplemente una composición increíble" (Chris Martin, Coldplay, 2005), "A-ha es, a mi parecer, esa clase de bandas incomprendidas. Son percibidos como fenómenos fans para chicas, cuando en realidad son muy, muy creativos" (Adam Clayton, U2)...
Así que os anino a que les saquéis las hombreras, los peinados, las poses, los artificios de imagen y escuchéis las canciones, la música. No quedaréis para nada decepcionados.
Ken Stringfellow
viernes, 13 de julio de 2007
Entrevista con Pere Gené, de Lone Star
Lifetime Music: Hola, Pere, y gracias por atender esta entrevista. Es posible que el lector te conozca por ser cantante de Lone Star, un grupo esencial del rock español de los 60 y 70. Cuentanos un poco acerca de tí y de Lone Star.
Pere Gené: Bueno, yo comencé estudiando música clásica aquí en Barcelona, y después hice tres años de virtuosismo. Pasé un año en Inglaterra, justo en el momento en que el rock'n'roll estaba en auge, sobretodo en aquel país. Al volver a Barcelona, tomé la decisión de montar un grupo de rock, dejando al margen toda la música clásica, con el consecuente rechazo de mis padres [risas]. Así fué como nació Lone Star, y estuvimos 25 años en activo. A lo largo de la trayectoria del grupo ha habido varias etapas. Empezamos tocando versiones de otros temas ya conocidos porque la discográfica no permitía tocar temas popios, pero esa práctica se fué diluyendo poco a poco. Por los 70 sacamos "Mi calle", un tema propio en castellano, que hizo que EMI, nuestra discográfica, abriera los ojos y diera más libertad para la creación en Lone Star y en los grupos españoles, en general, permitiendonos sacar un LP en el que la mitad de los temas ya eran composición propia. A partir de ahí intenamos ir un poco más alla, entrando en el terreno del jazz, y el grupo se "desdobló" para grabar un disco exclusivamente de jazz. Luego fuimos editando algunos trabajos más, hasta nuestro último disco, "Viejo Lobo", editado ya en un sello independiente.
LM: Lone Star fué uno de los grupos de rock más importantes de España, empezando a emerger en la década de los 60. ¿Cómo estaba el panorama musical por aquél entonces para dedicarse a la música? ¿Cómo fué vuestro salto?
PG: Empezamos como he comentado, haciendo versiones de otros grupos. Yo era muy joven cuando creé Lone Star, apenas tenia diecisiete años. EMI se interesó por nosotros y empezamos a grabar en sus estudios, ¡con un cuatro pistas analógico! Lone Star siempre nos hemos caracterizado un poco por romper moldes: fuimos el primer grupo que cantó rock en directo y el primero que hizo un guitarrazo en el Palau de la Música de Barcelona. Recuerdo que esto precisamente levantó mucho revuelo. Recuerdo también especialmente un recital que hicimos en el portaaviones John Fitzerald Kennedy, de la armada estadounidense, en Nueva York, en el que ya empezamos a introducir un poco de jazz en la puesta en escena. Siguiendo con esto del jazz, también hicimos dos recitales íntegramente de este estilo en Madrid y Barcelona. Recuerdo precisamente que en Madrid tocamos "El cant dels ocells", de Pau Casals. Cuando se acabó la melodia ad-libitum con el contrabajo, todo el auditorio (hicimos un lleno ese día) se levantó para aplaudir. ¡Me acojoné, porque no nos lo esperabamos para nada! Luego, la Junta de Cultura Popular de Fraga nos propuso hacer un combinado de jazz y rock para tocar en diversas localidades de España, intentando acercar la cultura al máximo de gente del país, y recuerdo que en muchos sitios, debido a la dictadura de Franco, no se había visto esta música y nos encontramos con muchas audiencias sorprendidas ante el jazz.
LM: Canciones como "Mi Calle", "Trilogía" forman parte ya de la historia del rock en nuestro país. ¿Sientes que las letras de dichos temas aún tienen vigencia, en esencia?
PG: "Mi calle" sí, desde luego. Pero otras quizá no, creo que responden a un sentimiento que tuve en el momento de escribirlas pero que ya se ha perdido o ha desaparecido. No me gusta cantar temas que han perdido su significado: cuando hacemos conciertos hoy en día, escogemos el repertorio también en función del contenido de los temas.
LM: Cuéntanos un poco cuál es tu relación hoy en día con el mundo de la música.
PG: Actualmente, mi contacto con la música es básicamente a nivel de producción publicitaria. También hago clases de producción musical en una escuela de Barcelona. El grupo lo dejamos hace tiempo, aunque de manera esporádica nos reunimos para alguna actuación. De todas maneras, ahora mismo no me decanto hacia la música en directo: tendrían que reunirse algunos factores para que me animara de nuevo a tocar. Pero hoy en día la música que podría hacer no sé que repercusión o interés tendría, porque los tiempos han cambiado y el rock ya no está tan vivo o tan presente como antes. Mi música o nuestra música es como un círculo cerrado, y la gente de ahora quiere cosas nuevas.
LM: Con la experiencia adquirida todos estos años en el mundo de la música, y como conocedor de dicho mundo, ¿qué recomendarias a un grupo o artista que desea darse a conocer y que está dando sus primeros pasos?
PG: Básicamente hay dos vías: una es, conociendo qué es lo que se cuece en el mercado musical, engancharte al carro y hacer la música que el público quiere escuchar. Luego, si no es este tu caso, para tener éxito debes tener lo que se llama el "hecho diferencial": hago que te haga diferente de los demás y que sea atractivo y llame la atención. Por ejemplo Estopa: es un grupo que puede o no gustarte, pero su música es única, y immediatamente reconoces una canción suya al oírla por la radio.
LM: Para finalizar, un breve cuestionario para conocernos un poco más:
Un disco: de Peter Gabriel, el disco de la gira de Secret World Live.
Un libro: ahora estoy leyendo El Código da Vinci, pero mi libro de cabecera es Así habló Zaratrustra.
Una película: West Side Story
Una frase: "Todo es gracia", de San Francisco. Viene a decir que, a la larga, todo es positivo.
Un pasatiempo: viajar
Gracias, Pere. ¡Hasta pronto!
jueves, 12 de julio de 2007
The Twang (nuevo grupo mainstream)
Anoté en un papel el nombre y busqué en Google un poco más tarde. Este hecho me permitió conocer a The Twangs (con ese final), grupo español que comparte cartel en algunas citas con The Nu-Niles, grupo con el que compartimos local en el barrio de Sagrada Família de Barcelona, hace tiempo, durante más de dos años. Todas unas eminencias dentro del rockabilly, los Nu-Niles. Tras este pequeño despiste que me trajo gratos recuerdos, encontré el MySpace de The Twang (http://www.myspace.com/thetwang), donde pude escuchar más canciones: Either Way y Two lovers. Ambas seguian la línea de Wide awake, por lo que la coherencia del grupo estaba clara.
Son un grupo joven, no diré emergente porque ya están emergidos, pero con poca carrera por detrás y mucha por delante. De momento han mostrado madurez musical con su primer disco famoso, y les tendré el ojo echado de cara a futuros trabajos. Este viernes y sábado actuaran en el festival Summercase, tanto en Madrid como Barcelona: si podéis pasaros a verlos, ya me comentaréis como se desenvuelven en directo.
Nelly Furtado - Loose
Calidad de sonido que en este disco me ha sorprendido porque es bastante libre. Canciones como Say it right, donde una ligera distorsion en la sección de los graves me trae dudando entre si me gusta o no. El hecho es que está bien puesta, así que no llega a molestar, y le da un toque especial. Debe ser lo que se llama usar un efecto con fines artísticos, más que un error de mastering. Independientemente de eso, la canción es increíble.
Como otros cortes de dicho disco. Mención especial a What I wanted, una excelente balada que se sale de la línea del disco, a Do it (omitiendo la ya conocida controversia del plagio de Acidjazzed Evening), Maneater y Promiscuous Girl. Hay otras perlas escondidas y pequeños pasajes enmedio de canciones que merecen ser bien escuchados. De todo el tracklist, descartaría No hay igual, tanto por su forma como por su contenido, y el dúo con Juanes lo entiendo como la maniobra comercial para salir un poco más adelante con el disco. Pese a ello, considero que es una buena canción, para ser comercial como és.
Y es que creo que Nelly Furtado ha firmado el mejor disco mainstream del año. Sus muy variadas influencias se han dado cita y han dado luz a un disco que es hip-hop, es urbano, es soul, es incluso 80s... creo que todo el mundo puede ver su estilo reflejado en una canción o en algunos aspectos de la producción o de la composición.
Por eso, quiero dar un 9 de 10 (porque la perfección no existe) a Nelly Furtado por este excelente disco. Y si no os lo queréis comprar (cosa que entiendo), almenos escuchadlo una vez seguido. ¡Os gustará, creedme!
Una aproximación a la música de Tears For Fears
Ambos natales de la localidad de Bath, se conocieron por primera vez en la banda The Graduate, una banda de ska pop con la que grabaron un disco para un sello independiente. En dicho grupo Curt y Roland congeniaron y se dieron cuenta, según han comentado en entrevistas posteriores, de que estar en una banda de música con varios miembros, donde se deben tomar decisiones de manera democrática, a veces no es la mejor manera para avanzar. Así que unieron fuerzas y iniciaron un proyecto musical en el que cualquiera que estuviera interesado estaba invitado a colaborar, pero que lideraron desde un buen principio ellos dos. Dicho proyecto se llamó Tears For Fears, y con el tiempo se unirían a él y serian parte activa y constante Manny Elias a la batería, Chris Huges en la producción y Ian Stanley en los teclados y la producción, cuya influencia sería decisiva en el sonido de la banda en discos posteriores.
Ya desde su primer disco (incluso ya desde algunas de las canciones en The Graduate) se nota la influencia beatle y de la música popular británica en sus composiciones. Cadencias de acordes, melodias, ritmo y estructuras. En el disco de debut, The Hurting, Tears For Fears mezcla la rítmica y melodía pop con la emergente electrónica de los sintetizadores. Aunque es un disco esencialmente electrónico, coexisten de manera muy natural bases electrónicas con, por ejemplo, guitarras acústicas.
Tears For Fears siempre se han caracterizado por ser capaces de crear tanto canciones sencillas como complejas y ser igualmente efectivos en ambos terrenos. Casos de ambos extremos serian, por ejemplo, Mad World y la excelentemente sobreproducida Sowing The Seeds Of Love. Mad World es una canción muy sencilla a nivel armónico, pero con una melodía increíblemente efectiva sobre unos acordes bastante convencionales. Sowing The Seeds of Love incluye más progresiones de acordes, más secuencias, partes diferentes, estructuras complejas, texturas sonoras diferentes, además de una excelente producción y unos cambios de registros muy bien estudiados. Pese a su aparente complejidad, hecho tradicionalmente reñido con la popularidad, se convierte en extremadamente popular gracias a un estribillo directo y pegadizo, una secuencia de partes muy bien ideada y una letra excelente. Además, ambas canciones son inmediatamente reconcibles con sólo escuchar los primeros cinco segundos, hecho que demuestra la singularidad del sonido de la banda.
La temática de las letras de Tears For Fears suele girar siempre entorno a temas relacionados con la sociedad y la psicología humana. Ambos han declarado en varias ocasiones su interés por la psicología y las corrientes de pensamiento. No existen letras sencillas en Tears For Fears. En cuanto al lado musical, Tears For Fears son capaces de facturar desde una canción electrónica de protesta (Shout) hasta un blues instrumental como Badman's song, pasando por el chillout (Listen), canciones con temática y sonoridad bastante “tonta” (The way you are) o incluso su propia clase de rock guitarrero (Dog's a best firend's dog), con canciones de culto como Head Over Heels o Everybody Wants To Rule The World, clásicos aireados hasta la saciedad en las radios junto a Sowing The Seeds Of Love.
Entonces, ¿cuáles son las claves del éxito de Tears For Fears? Por un lado, la versatilidad que hemos comentado. Desde un tema electrónico a un solo de jazz. El amplio abanico de estilos musicales que Tears For Fears ha abarcado a lo largo de su carrera hace que, quien más quien menos, tenga una canción favorita de la banda o le guste un disco más que otro. Pese a ello, la banda tiene característiacs claras que le otorgan lo que se denomina el hecho diferencial, aquello que hace que identifiques rápidamente una canción como de Tears For Fears. En parte gracias a la inconfundible y excelente voz de Roland Orzabal y la inconfundible aunque no tan excelente voz de Curt Smith. Algo parecido a lo que sucede con Fleetwood Mac: varios registros de voces pero todas únicas, sin parecido tímbrico en el panorama musical.
Por otro lado, han acertado en crear melodías perfectas y muy populares pero con una base muy rica tanto musicalmente como tímbricamente. Esto eleva a la banda a niveles de culto, ya que su música, pese a ser muy “contagiable”, dispone de ese sonido único y no se ciñe a los cánones o sonoridades convencionales. El timbre de las canciones de Tears For Fears (la mezcla de electrónica con acústica) y sus producciones, convierten a las canciones de la banda en una excelente mezcla de comercialidad y calidad musical, conceptos que se suelen considerar reñidos.
Tears For Fears son el grupo con uno de los ratios de hits en relación a canciones compuestas más elevado de los existentes hoy en día. Pese a sus escasas publicaciones (4 discos como dúo y 3 como proyecto en solitario de Roland Orzabal), son conocidas canciones de todos sus discos y, en muchos de ellos (como en el caso de Songs From the Big Chair o Sowing The Seeds Of Love) , la mayoría de las canciones han sido o son hits incluso en la actualidad, sonando a diario por las radios de todo el mundo.